jueves, 25 de agosto de 2011

Menguante


Mis ojos se abren y atrapan destinos
Se cierran y expanden caminos
Me fío de mi exagerada confianza
Y me retraigo en lo salvaje de la incertidumbre.

Convierto en cuadros a esta nostalgia insoportable
Relato cuentos que se germinan en la memoria
La música clásica desentierra escenarios
Se van labrando las identidades de personajes
Que ausentes nunca me salvaron.

Me vuelvo a perder en la intensidad
De un momento que promete
En la presencia durante la intermitencia
Y se abruma de sus falsas promesas.

Intercambio de miradas con esos pequeños niños
Que cómplices me confiesan sus indecentes deseos
Mujeres hechizan con sus encantos
Hombres que persuaden con su fuerza
Todo se filtra con conciencia ignominiosa
Y se desea con tanta intensidad como se siente a la culpa.

Pero vuelvo a alguna cabaña de agua calma
En donde puedo naufragar sin peligros de viles oleajes
Me acuesto en esa cama que llena de aromas de una época
Resguarda amarillentos y cálidos recuerdos
Dispuestos a extinguirse en el sosiego de los sueños
En un viaje de tregua y fatal entrega.

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